Prepara el tarro: asegúrate de que esté bien limpio.
Bate la leche de coco para que quede bien homogénea.
Añade 400 ml de kéfir de agua
Añade 1 cucharada de azúcar.
Cubre el tarro con una tapa floja o un paño sujetado con goma.
Deja fermentar entre 24 y 48 horas a temperatura ambiente. Vete probando hasta encontrar la acidez que más te guste.
Notarás burbujas y un ligero cambio en la textura.
Puedes guardar el kéfir de coco por separado o mezclarlo y conservarlo en la nevera. O puedes mezclar parte y la otra tomártela como bebida. En todos los casos, es una buena carga de probióticos.