Lo primero y más importante, es tener una masa madre activa, para esto asegúrate de hacer la prueba del agua. Si la masa flota en un vaso de agua es que está perfecta. Si tienes dudas, repasa el artículo que te he dejado arriba con la receta de masa madre.
Mezcla todos los ingredientes en una ensaladera y amasa hasta que quede completamente homogénea. Puedes dejar descansos y verás que se amasa más fácilmente.
Esta receta está pensada para que el amasado sea fácil, una vez que tengas mayor experiencia, podrás hacer otro tipo de masas y amasados más complicados.
Deja la masa reposar en la ensaladera durante 40 minutos para que comience a fermentar. Tápala con un trapo húmedo para que no se seque por la parte de arriba.
Pasado este tiempo, métela en la nevera con el trapo puesto y déjala fermentar durante 24 h. Este proceso es el que verdaderamente hace el buen trabajo en el pan.
Una vez haya pasado ese tiempo, asegúrate que la masa haya subido y tenga burbujas (yo lo pongo en una ensaladera de cristal para ver el proceso). Si no es así, deja que fermente fuera de la nevera antes de meterla en el horno.
Calienta el horno a 250 ºC y coloca la masa en un papel de horno en la bandeja. Con un cuchillo, dibuja unas rayas profundas y mételo al horno. Cocínalo 15 minutos a esta temperatura y luego ponlo a 200 ºC durante otros 30 minutos.Verás que va creciendo y queda una corteza dorada y crujiente. Puedes ver el video para aclarar las dudas que tengas, te lo dejo aquí abajo. Fue un video que grabé en directo en la pandemia, donde miles de personas aprendieron a hace pan conmigo.