Hoy vengo con una receta de un fermentado que quizás te resulte un tanto curioso. Un kimchi de ortigas que recogí el otro día en el monte.
Estamos en plena primavera y cuando sales a pasear al monte puedes ver como esta creciendo todo rápidamente.
Todo esta inundado por hojas verdes y flores que iluminan los campos. Así que es momento de recolectar plantas y flores para poder guardar el resto del año y utilizarlas cuando las necesitamos.
Hay mucha costumbre de secar las hojas y las flores, pero otra maravillosa forma, es fermentarlas y así, en según que casos, podemos conservar mejor su sabor original, como es el caso de la albahaca o el perejil.
Además, en muchos casos, como hoy, podemos incluso fermentarlas ya en forma de kimchi u otra receta para utilizarlas directamente para comer.
Esta receta, nunca la había probado, pero el otro día en el festival de fermentación, Kirsten Shockey lo comentó en uno de sus cursos, así que he aprovechado para hacer mi propia versión.
Lo he dejado fermentar durante 5 días porque no aguantaba mas a ver el resultado. Además, como esta semana hizo días de mucho calor, al día de ponerlo a fermentar, ya vi que tenía un montón de burbujas y que había mucha actividad.
El resultado es muy bueno, pero una cosa que me ha pasado es que mis hijas querían ayudarme y recolectaron hojas que estaban un poco duras. Así que te recomiendo que escojas las mas tiernas, para así no encontrarte tiras complicadas de masticar.
Te voy a contar como la he preparado, pero como siempre te digo, esta receta es una prueba y tu puedes hacerla con los ingredientes que mas te gusten, seguro que también esta buenísima.
Receta kimchi de ortigas
Ingredientes:
- Ortigas 400gr
- Ajo 4 dientes
- Cebolla fresca 2 ud
- Pimentón picante 1 cc
- Pimentón dulce 2cc
- Zanahoria 2ud
- Sal 4 cucharadas
- Agua 1L
Elaboración:
Te recuerdo que para hacer esta receta, tienes que utilizar guantes, de lo contrario las ortigas te crearán picor y una pequeña urticaria.
Una vez hemos recolectado las ortigas, el primer paso es eliminar la mayor parte del tallo, ya que al no cocinarlas, puede ser luego desagradable al comer. Las lavamos con abundante agua y las colocamos en una ensaladera.
Preparamos la salmuera disolviendo 4 cucharadas de sal en un litro de agua y lo disolvemos completamente. Lo vertemos en la ensaladera donde hemos colocado las hojas de ortiga hasta que cubra. Ponemos un plato encima y un peso para que no floten.
Dejamos reposar alrededor de 6 horas. Una vez transcurrido este tiempo, las escurrimos y reservamos la salmuera para utilizarla si fuera necesaria en la elaboración de la pasta.
En una trituradora, colocamos los ajos, la cebolla fresca, los pimentones, las zanahorias y un poco de la salmuera para poder batir y que se nos quede una pasta. Picamos bien hasta conseguir una pasta homogénea.
Mezclamos las hojas de ortiga que teníamos escurriendo con la pasta que hemos hecho con el resto de ingredientes. En un bote, vamos introduciendo todos los ingredientes apretando hacia abajo para no dejar burbujas de aire.
Una vez esta lleno, colocamos un peso para que las hojas de ortiga queden sumergidas y fuera del contacto con el oxigeno para que no se contaminen.
Lo dejamos fermentar entre 5-15 días o cuando mas te guste el sabor. Lo introduces en la nevera y lo puedes ir consumiendo.
Estoy segura que el resultado te va a sorprender, a mi, me han encantado.