Nerea Zorokiain Garín

Si todo está en su lugar ¿dónde está mi lugar?

Hola, 

¿Qué tal estás? espero que te encuentres bien y disfrutando de todo lo que tienes a tu alrededor.

Yo llevo unas semanas con muchas propuestas de trabajos nuevos. La verdad que estoy muy contenta de recibir tantas proposiciones y sobre todo, de ver que parece que estamos volviendo a hacer planes de compartir y disfrutarnos. Eso me alegra mucho.

En estos días, cuando parece que el trabajo se acumula porque llega todo a la vez, me venía a la cabeza una frase que me hizo pensar.

Si todo está en su lugar ¿dónde está mi lugar?

Cuando pienso en la naturaleza o el ecosistema que creamos cuando preparamos un bote de fermentación, lo miro y parece que hay un aparente kaos. Has mezclado un puñado de ingredientes con un poco de sal, lo has masajeado, metido en un bote y por arte de magia  allí crece un nuevo mundo lleno de vida. Un nuevo ecosistma.

Y así es, en ese aparente kaos hay un orden estricto en donde se crea la ley amorosa de la dependecia de los ecosistemas.

Esta ley de dependencia de los ecosistemas, trabaja en todos los seres vivos que tenemos a nuestro alrededor y por supuesto en cada ser humano y su propio ecosistema, aunque a veces parezca que el kaos se apodera.

Solo hay que mirar la naturaleza para darnos cuenta que cada vez que intervenimos para modificar los ecosistema, mas tarde o mas temprano, ella volverá a colocar cada cosa en su lugar.

Y esto es por un concepto muy simple, existe una maravillosa ley de atracción de ecosistemas en donde se crea un equlibrio perfecto para que ambos puedan trabajar en simbiosis y poder sobrevivir. Esta interdependencia hace que crezcamos y evolucionemos, de lo contrario, la energía se pararía y la capacidad de sobrevivir disminuiría.

Estos ecosistema se van a atraer siempre, porque de alguna manera han sido creados para vivir unidos y en simbiosis. Intenta separar a un koala de un eucalipto. No sobrevivirá, porque sus ecosistemas se atraen y son dependientes el uno del otro.

Mira hacia tu ombligo y piensa porqué tus bacterias, esas que te acompañan son esas y no otras. ¿Porqué se quedaron a vivir contigo y no se fueron a otro ombligo?

Simplemente porque hay una dependencia entre tu ecosistema y su ecosistema y por mucho que no las quieras, o que no te guste, o que pienses que esas bacterias no son las que deberían ser sino otras, finalmetne la ley amorosa de los ecosistema hará que las ames tal y como son, porque no puede haber nada mas perfecto que lo que tienes en cada momento.

Así que cuando pienso si este ecosistema que me rodea, es el lugar en el que tengo que estar, aplico la ley amorosa de la dependencia de los ecosistemas y simplemente me dejo llevar. Que el ecosistema que me rodea me lleve al lugar que me corresponde.

Si todo está en su lugar, yo estoy en mi lugar.

Espero que estos mensajes te ayuden. Esto es lo que me enseñan las bacterias cada día y es una parte de la fermentación que tenía muchas ganas de compartir hace mucho tiempo.

Deja un comentario